miércoles, 1 de septiembre de 2010

Carta abierta de José Antonio Abellán

Carta abierta de José Antonio Abellán a Tomás de la Torre, en respuesta a un articulo publicado por éste último en su blog en relación a la propuesta de Abellán de que Rouco Varela sea el arbitro en su conflicto con la COPE:


“Querido y admiradísimo Don Tomas:

Unos sucintos apuntes muy rápidos (pendientes de mayor reflexión):

1.- No se trata de discutir las competencias del Tribunal Eclesiástico diocesano (al que no me he referido en ningún momento, al que no he atribuido competencia alguna y al que no he propuesto como árbitro) sino de mi elección de designar un árbitro que por cuatro motivos:

- Su extensísima preparación jurídica.
- Sus altísimos valores morales (tanto a nivel personal como a nivel de la Institución a la que representa),
- Su detallado conocimiento de la COPE (en representación del accionista mayoritario), y
- La inexistencia de cualquier sospecha o sombra de duda de parcialidad (especialmente a favor mía),

Parece especialmente adecuado.

Se trata, en suma, de la elección de quien tiene los conocimientos jurídicos y los valores morales necesarios para dictar un Laudo justo. Por ello, no se trata de que el Tribunal Eclesiástico resuelva una “cuestión laboral”, sino de que Su Eminencia, el Cardenal Dn. Antonio María Rouco Varela (por su preparación, por sus altísimos valores morales, por su conocimiento del problema y por su absoluta imparcialidad –íntimamente vinculada a esos valores morales–) se pronuncie respecto de lo que considere justo respecto de la COPE y Abellán.

2.- Tampoco se trata de que el Cardenal desautorice nada en su condición de “propietario” de la COPE. Se trata de que emita su opinión respecto de lo que ha ocurrido y respecto de lo que es justo.

De hecho, el único al que tendría que importar que quien tiene que decidir sea además “propietario” de la COPE es a mi. Y yo, confiando plenamente en el valor moral del Cardenal y de la propia Iglesia Católica he manifestado claramente que no tengo inconveniente alguno en que sea el árbitro.

3.- Cualquier cuestión formal relacionada con la eventual incapacidad del Cardenal para ser árbitro de derecho podría solucionarse mediante pacto, a cual yo estaría dispuesto en el sentido de que Su Eminencia dictase en Equidad (en Justicia) el Laudo que estimase correcto (transformando el arbitraje de derecho en arbitraje de equidad, lo que las partes pueden hacer de mutuo acuerdo instantáneamente).

Un saludo de un fiel seguidor.

Jose Antonio Abellán”

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