Ya se que aun seguimos inmersos en una tremenda crisis, que cada día cuesta más llegar a final de mes, que algunos ni llegan, que tenemos 4 millones de parados y que hay gente que lo está pasando realmente mal. Que un mundial de fútbol no sólo no soluciona nada, sino que encima se instrumentalizará de forma política, los catalanes por ser la mayoría de los jugadores del Barça con todo lo que para ellos representa, los mas conservadores por aquello del orgullo patrio, de la unidad nacional y de la única bandera, el partido en el gobierno se apuntará el éxito de que esto es el fruto de una España moderna y progresista, máxime cuando el ministro responsable del deporte es el propio Rodriguez Zapatero.
No sólo se utilizará de forma partidista, sino también de forma mediatica, porque vereis todo el pringue que le saca Telecinco a Sara Carbonero y su relación con Iker Casillas, para ellos noticia mucho mas importante que haber ganado un mundial.
Me da igual, que digan y hagan lo que quieran, ni los chupa sangres de los políticos, ni los putrefactos periodistas del corazón podrán nunca entender que anoche, a muchos de los que nos gusta el fútbol y seguimos y queremos a la selección, se nos escapara una lágrima, qué digo una lágrima, que lloraramos como críos cuando Iniesta metió el gol de la victoria a las 22:54 y luego cuando Casillas alzó al cielo la Copa del Mundo de Fútbol.
Ya sé que sólo es fútbol, pero ayer, aunque sólo sea fútbol, algunos fuimos un poquito más felices.
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